Luis Sunderland Méndez
X@LouSunderland
1 de marzo de 2024
Conforme pasan los días, López Obrador provoca más tensión y pone a temblar a todos los que viviremos el proceso electoral. El presidente ya está prácticamente con la actitud de un chivo loco en una cristalería. Perdió ya -si alguna vez la tuvo-, la cordura, la vergüenza, el recato y no le importa ya cubrir las apariencias, aunque fuera solo por encima, que es a lo que nos tenía acostumbrados.
Haber tenido el descaro de confesar que en tiempos en que Zaldívar era el presidente de la SCJN, él le hablaba para que interviniera en las decisiones judiciales y las manipulara y que el mismo exministro lo haya aceptado, es ya una confesión de parte de ambos sobre la comisión de un delito muy grave que en cualquier país que se jacte de ser medianamente democrático, traería consecuencias drásticas.
Pero estamos en México, el país del nunca pasa nada y donde impera la impunidad. Algunos miembros de la prensa escrita y electrónica escriben, comentan y señalan las acciones de este “par de delincuentes” que nos han causado tanto daño, encabezados por el que habita en el Palacio Nacional.
El reportaje en el New York Times, que se empató con el de Tim Golden de ProPublica y con el de Deustche Welle de Alemania, que señalan el financiamiento de los carteles de la droga a la campaña de López en el 2006 y 2018 de López, a través de sus hijos que sirvieron de operadores, señalando testimonios de testigos protegidos e incluso de funcionarios norte americanos que lo incriminan en el financiamiento ilegal. No han presentado alguna prueba, según los testigos, hay videos que lo demuestran, esto es común en la práctica del periodismo y de los tribunales, basta recordar a los jueces de Nueva York que tienen a Genaro García Luna en la cárcel por testimonios de testigos sin presentar pruebas.
Una más de las incongruencias del rupestre de palacio, que ahora él es el que está en entredicho y pone en evidencia una vez más porque está en manos del crimen organizado y está más fácil entender su política de abrazos y no balazos. Él que no lo ve, es porque no quiere o no le conviene verlo y no lo verá jamás.
AMLO mostró la carta que la reportera de la corresponsalía del New York Times le dirigió y sin ningún cuidado exhibe el número de celular de la periodista, cometiendo otro delito violatorio en el uso de los datos personales e incluso le dice a Jesica Zermeño de Univisión, que su personalidad de presidente de México, su autoridad moral, están muy por encima de cualquier ley. Ya por completo olvidó el juramento que hizo cuando asumió el poder.
El resultado de las campañas que hoy inician es completamente impredecible. Surgen muchas preguntas en torno a ellas. ¿Se romperá el aura de santidad que protege a López? ¿Por fin la gente se dará cuenta que ha sido engañada y que no solo su futuro sino el país va en caída libre? ¿Se podrán aquilatar la gran cantidad de fracasos y las promesas y ofrecimientos no cumplidos?
Para el gobierno, las candidatas, los partidos, la sociedad, esta elección será un verdadero reto, prepárense a ver y escuchar a millones de spots en radio y televisión y a que en sus celulares se llenen de memes, notas y de todo tipo de notificaciones que en su mayoría serán mentiras. Sobre todo ahora que la tecnología de la Inteligencia Artificial está desatada y es muy difícil para la mayoría no irse con la finta y pensar que lo que ve es verdad.
Ya hay muchos mexicanos que están muy politizados y es difícil engañarlos, pero hay millones que no y que las elecciones se les están pasando por debajo de las narices y ayudarán a inundar el ciberespacio de tonterías. El desinterés de la gente es enorme, reportan que un 35 por ciento aún no conoce a Xóchitl y un 25 a Claudia. El inicio de las campañas muestra congruencias e incongruencias de una y de otra, Claudia en el Zócalo con todo y sus miles de posible acarreados, Xóchitl en Fresnillo, Zacatecas, nunca pude entender porque ahí. La candidata se ve muy confiada en que superará a su adversaria y muchos no están convencidos de eso. Ojala que la oposición pueda superar la ventaja que le lleva el oficialismo. Seguiremos comentando la primera semana de campaña.
(Opinión personal del autor)