Luis Sunderland Méndez
X@LouSunderland
19 de enero de 2024
Los mexicanos que han encontrado en Xóchitl Gálvez a su líder para encabezar una lucha sin precedente en nuestra historia moderna contra la dictadura que López Obrador quiere consolidar después de las elecciones de junio de este año, tienen que hacer conciencia de que el Palacio Nacional, no vive un Presidente ni mucho menos el Jefe de Estado mexicano, en el Zócalo vive un caudillo, que lo único que pretende es exterminar por completo lo que queda del México que nos llevó años construir.
Varias generaciones hemos participado en la construcción de un México que tenga como principios: democracia, respeto a nuestras instituciones y al orden constitucional, confianza para todos los que progresan con su esfuerzo y trabajo diario, crecimiento de la economía, respeto por los inversionistas nacionales y extranjeros y transparencia entre otros valores.
De una forma a veces obvia y otras casi siempre veladas -desde el inicio de su mandato-, ha ido demoliendo lo escrito en la Constitución que el juró cumplir y hacer cumplir, apoderándose de los destinos de México con la complicidad de los poderes fácticos que van desde el poder empresarial, llegando al del crimen organizado. López pretende ahora imponer otra constitución redactada por un
grupo de legisladores constituyentes y que solo están esperando tener mayoría en el Congreso para darle el golpe mortal al país.
A pesar de que en el texto en el que juramentó terminara con el “que, si no lo cumplo, que la Nación me lo demande”, son pocas las voces que se lo han demandado en diferentes maneras. La verdad es que hay una enorme cobardía o una terrible apatía.
Y ¿cómo no habría de haberla?, si él tiene todo el aparato del Estado para aplastar al que se le ponga enfrente. Entre la gran cantidad de columnistas y periodistas mexicanos, solo un pequeño grupo de ellos tienen (tenemos) el valor de señalar las mentiras, los delitos y la aberrante manera de conducir los destinos de México.
Pocos son los políticos opositores que levantan la voz con sus denuncias, dentro de ese grupo, no están todos lo que deberían de estar -al contrario-, muchos han traicionado a votantes y sin la menor vergüenza cambian de partido viendo solo por sus intereses y servir así, a su nuevo amo.
Vivimos el mundo al revés, un presidente que rompe el estado de derecho; no extrañaría en lo absoluto que intentara impedir que las elecciones del 2 de junio se celebraran y tratar de perpetuarse en la silla presidencial o al menos atrás de ella sentando a su corcholata convertida en un títere, mimetizada, que promete la destructora continuidad.
Por eso el discurso que el pasado domingo 14 en el que Xóchitl Gálvez cerró en la CDMX su precampaña, tiene mucho valor no solo para sus millones de seguidores, sino para los indecisos y para los que aún están en la apatía de ver las condiciones en las que está el país.
Por mucho, fue el mejor discurso de su vida. Esa es la Xóchitl que se necesita. La que señala la cantidad de delitos que todos los días cometen los de la 4T. La que le diga a López y a Sheinbaum, que la gente quiere un cambio total y que los amenace con las denuncias que seguramente los enviaría a la cárcel junto con sus múltiples cómplices.
En este lapso de 41 días en el que las candidatas tendrán que guardar las formas electorales por el fin de las Precampañas, López los aprovechará para continuar con la incitación no solo a sus seguidores, sino a todos los que se dejen. Él seguirá sembrando odio y división entre los mexicanos, manipulando a la gente
que no sigue a los medios, que no lee, ni ve los noticieros de TV y radio y si los llega a ver, no los entiende, porque simplemente no les importa que los Ministros de la Corte sean elegidos por el pueblo. A muchos de los mexicanos, eso les suena democrático y lo aprueban.
Son millones de compatriotas los que no entienden eso de la separación de poderes. Por eso López aprovechará este periodo para satanizar a los “conservadores y neoliberales”, a sus adversarios, que no aprueban sus iniciativas; ahora en el Congreso no cuenta con la mayoría calificada, pero si no se logra mandar a los partidos que pretenden el segundo piso de la 4T a ser una minoría, ya no habrá
mañana para nuestro México.
No solo la sociedad civil, sino los partidos opositores, tienen que ponerse las pilas, demostrar con hechos su repudio a la 4T y dar su apoyo total a la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México. La ciudadanía opositora, tiene que presionar a los partidos que la respaldan, no dejarla sola en sus manos, porque pareciera que ahora la tienen secuestrada. Lidiar con el PRI, el PAN y el PRD y sus formas amañadas, será una labor titánica. Si lo logra, ganará sin duda el 2 de junio.