“Dar el alón y comerse la pechuga”
Refrán popular
Carlos Mota Galván / @CarlosMotaG
Primero de diciembre de 2018: “El nuevo gobierno en México establecerá una estricta política en el gasto público, se acabaron los dispendios, los lujos y la opulencia”, anunciaba el presidente Andrés Manuel López Obrador, esta administración está decidida a eliminar los privilegios del poder y las prebendas. Hoy, 5 años después, son las mismas autoridades de la 4T quienes nos confirman que los mexicanos estamos subsidiando los caprichos presidenciales en las obras y programas que desarrolla.
Cada vez que el Presidente ha buscado desarrollar alguno de sus megaproyectos, estos han mostrado, en los hechos, ser un costal sin fondo a los que se les invierten recursos económicos que han llegado hasta a triplicar su presupuesto original, además del ecocidio que dejó el Tren Maya, cuyo daño es irreparable y su rentabilidad dudosa, ahora, con la compra de la aerolínea Mexicana de Aviación y entregada a las fuerzas armadas para su operación, ha quedado demostrado el nuevo desatino.
Apenas pasaban unas horas de iniciar operaciones, a la nueva línea aérea se le cayó el sistema de reservaciones y venta de boletos; después, en su primer vuelo de la Ciudad de México a Tulum el BOEING 737 (no BOING, como lo dijo un anuncio oficial del gobierno federal) tardó 5 horas en llegar a su destino con una fuga de combustible de por medio, poniendo en riesgo a sus ocupantes, eso sí, a un costo de 389 pesos por persona.
Al preguntarle en la mañanera al general Luis C. Sandoval respecto a las quejas de otras líneas aéreas por considerar como injusta una competencia en estas condiciones, el militar aceptó que sus tarifas las establecieron según los costos de operación que tienen y aceptó que Mexicana está siendo subsidiada por el gobierno federal hasta que alcance su punto de equilibrio financiero, sin mencionar cuando será eso. Este apoyo presupuestal, aceptó, es el mismo que se da al AIFA, Dos Bocas, el Interoceánico, Gas Bienestar y Sembrando Vida, entre otros más.
Los subsidios, pues, en esta administración están diseñados exclusivamente para los caprichos presidenciales pues el resto solo sirven como motores que buscan perpetuar el modelo neoliberal que “tanto daño ha hecho al pueblo mexicano”, considera López Obrador.
En tanto, el Banco Mundial ha dado a conocer en su informe de perspectivas económicas globales para este mes, que este sexenio México será el país con más bajo desempeño en cuanto a crecimiento se refiere (el peor récord interno desde hace 36 años), al incrementarse en menos de medio punto por año, alcanzando apenas 0.38 por ciento.
Este paupérrimo desempeño lo convierte según el órgano internacional en el peor desempeño económico de toda América Latina, cabe destacar que en este informe no figura Venezuela, por falta de datos confiables, como si eso nos consolara en algo.
Un dato que conviene tomar en cuenta es el por qué México presenta este decremento según el BM, y ello, aseguran, es el resultado de en qué tanto los gobiernos de los países de la región destinaron sumas importantes para reactivar sus economías, luego de la pandemia, López Obrador optó por una contención del gasto público (sólo sus mega obras estuvieron exentas del recorte).
Esta visión ha dado al traste con todos los avances que nuestro país había impulsado para incorporarse al ritmo que la economía impone en el mercado internacional, provocando un daño que tardará un buen tiempo en recuperarse.
Por si fuera poco y pese al gran desastre que nos impusieron en el rubro de salud, donde las políticas erráticas que “idearon” originaron que nuestro país sufriera la pérdida de 800 mil coterráneos; mañana 29 de diciembre se pone en marcha la “superfarmacia”, la más grande del planeta, la más reciente promesa de AMLO, esta es la nueva idea diseñada para acabar con el desabasto de medicamentos en que ha sumido al país, pero todo parece indicar que eso es imposible, que es tan sólo una nueva idea de tiempos electorales pues siempre operan bajo la misma fórmula.