noviembre 21, 2024

Hablemos sobre el psicosíndrome del marica

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Una de las frases más utilizadas es “los hombres no lloran”, entre otras más que limitan la sensibilidad masculina, haciendo referencia a que, si el hombre muestra por lo menos un destello de sensibilidad, se le tachará de marica

Alma R. Bernal Trujillo / @AlmaBer03976513

Publicado en yosoynoticias.mx

En nuestra sociedad, que todavía se caracteriza por ser machista, existen dos maneras en cómo se puede llegar a ver al hombre: el macho o el marica, es decir, el no macho. Ante tan limitadas formas de definirse, el hombre va desarrollando durante su vida, a pesar de sus miedos, angustias e incluso sus preferencias, un enfoque a ser macho para evitar que se vuelva el centro de burlas por parte de la sociedad y a veces, por desgracia, aún dentro de su familia no logra sentirse lo suficientemente seguro para poder ser sensible y lograr mostrar sus emociones.

Rara vez se menciona el proceso por el cual el hombre va desarrollando las características desagradables del macho y el papel que tiene la mujer en su vida. Una de las frases más utilizadas es “los hombres no lloran”, entre otras más que limitan la sensibilidad masculina, haciendo referencia a que, si el hombre muestra por lo menos un destello de sensibilidad, se le tachará de marica.

Una de las posibilidades más grandes por las cuales el niño, el adolescente y por último el hombre, puede salir triunfante de que no lo llamen “marica”, es a través de sus atributos físicos pero, sobre todo, la fuerza “bruta”, que puede llegar a demostrar ante ciertas peleas que son muy comunes entre los hombres; a los cuales les han enseñado que debe demostrar su hombría a través de ser el famoso “macho alfa”.

Por otro lado, si es vencido en aquellos pleitos en el que es retado, se pensará “por lo menos tuvo el valor de defender su honor, aunque no haya ganado”; esta es una de las razones por la que los hombres tienen una vida más corta que las mujeres, ya que siempre tienen actividades y acciones más violentas y de alto riesgo.

Otra de la posibilidad y quizá la más grave, es cuando un hombre evita pelearse y, por lo tanto, termina siendo apodado como “niña”, “vieja”, “marica” y demás formas despectivas que muestren al hombre como un ser carente de las características mínimas que debe tener un macho; lo que da como resultado, la humillación y el desprecio por parte de los demás, y lo que es peor, la cruda moral que hace que el hombre se sienta minimizado ante la sociedad, mostrando su poca capacidad de defenderse, con una sensación de autodesprecio por parte de los demás, acompañado de una fobia social al enfrentamiento con otros hombres. El sujeto comenzará a aislarse y sentirá vergüenza de ser visto por aquellos que saben “realmente lo que sucedió” y se sentirá herido en el orgullo.

La situación anterior provocará en el hombre que desarrolle una sensación de inferioridad. Se le verá distraído, aislado, desmotivado, angustiado e inseguro; incluso preferirá, cambiar de ambiente social, escolar o laboral, ya que, de seguir deprimiéndose, puede desarrollar un carácter hosco, defensivo y lleno de resentimiento. Pensará en vengarse, querrá aprender karate, portar un arma y buscar por todos los medios el no sentirse “marica”.

Con sus hijos será exigente de sus cualidades masculinas y deseará que no les suceda lo mismo. Respecto a la relación con las mujeres, sentirá que debe dar la cara por ellas, ante cualquier falta de respeto y es el enfrentamiento lo que realmente menos desea; sin embargo, lo que la sociedad le exige, ya que, por el hecho de ser hombre en un mundo de machos, debe ser “un verdadero hombre”.

Esa exigencia por tener que salvar “su honor”, hará que, con mucha frecuencia, interprete como agresivos incidentes consigo mismo y con los demás; a su vez desarrollará una paranoia que hará de su existencia una cadena interminable de hechos belicosos en los que tuvo que defender su hombría.

Compensatoriamente, un hombre con el conflicto de marica se puede ver compelido a tener que conquistar a cuanta mujer cruce frente a él o, de otra manera, no se consideraría hombre. Tendrá que cumplir sexualmente a cualquier mujer que se lo solicite.

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