Los primeros días de Delfina Gómez como gobernadora pueden ser muy complicados innecesariamente, la falta de nombramientos dejó ver descontrol, pero también incertidumbre sobre el actuar y operar de una administración obligada a dar resultados rápido
J. Israel Martínez Macedo / @Mega_IsraelMtz
En el entorno de la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez, hay todavía mucho silencio respecto a lo que está pasando en la nueva administración. En gran medida tiene que ver con el temor hacia lo desconocido y la desconfianza que hay entre los que llegan y los que ya estaban; pese a ello, el desconcierto y descontrol es notorio y comienza a volverse preocupante.
Fue evidente que el anuncio del gabinete de la mandataria fue precipitado; ocurrió con la ausencia de tres de sus integrantes y un miembro del staff de la gobernadora, nada más y nada menos que de los titulares de la Secretaría de Finanzas y de la de Desarrollo Urbano e Infraestructura, así como los de la Oficialía Mayor y la Vocería; única que, hasta la fecha, sigue en espera de un nombramiento.
¿Qué tan grave puede llegar a ser esto? Pues básicamente la Secretaría de Finanzas es la responsable de generar los ingresos a través del cobro de impuestos estatales pero, más importante, es la encargada de la elaboración del Plan de Desarrollo del Estado de México; mientras que la Oficialía Mayor será la encargada de llevar a cabo todas las contrataciones y pagos del gobierno estatal, básicamente asume funciones de lo que era hace algunos años la Secretaría de Administración, responsable de los recursos humanos, materiales y servicios gubernamentales. Entre las dos, deben realizar el Presupuesto de Egresos que determinará en qué gastará el gobierno estatal sus recursos en 2024.
De tal manera que, hasta el día de ayer, el gobierno estatal no tenía ni brújula ni timón respecto hacia dónde se debe dirigir el navío mexiquense; las herramientas necesarias para que la capitana de la embarcación pueda fijar rumbo y encaminar los destinos de la nave mexiquense que, de lo contrario, estaría navegando a la deriva.
Las áreas restantes no son menores en importancia. La Secretaría de Desarrollo Urbano e Infraestructura tiene bajo su responsabilidad el ordenamiento territorial y urbano de la entidad además de ejecutar la obra pública, lo que significa que es la encargada de la contratación de las empresas para desarrollar dichas obras y que contará con uno de los presupuestos más grandes, acorde a las necesidades propias del trabajo de la construcción.
Por último la Vocería, que si bien no es una dependencia del Ejecutivo como tal, es una unidad técnica que auxiliará directamente a la gobernadora con apoyo técnico, asesoría, evaluación y coordinación en materia de comunicación por lo que su función se vuelve determinante para la planeación, desarrollo y ejecución de las políticas de difusión del gobierno estatal para promover la cercanía con los ciudadanos, entre otras funciones.
Las tres dependencias permanecieron vacías desde el pasado sábado y hasta este martes que fueron nombrados sus titulares; entre ellos, destaca el del secretario de Desarrollo Urbano e Infraestructura, Carlos Jesús Maza Lara, quien es general brigadier ingeniero constructor diplomado de Estado Mayor; lo que advierte que los trabajos de obra pública en la entidad serán asignados al Ejército, tal y como ocurre en la administración federal, un tema que puede resultar delicado en una entidad cuya economía descansa fuertemente en la existencia de múltiples constructoras particulares que realizan obra gubernamental y que contratan mano de obra mexiquense.
En la parte financiera, la secretaria de Finanzas será Paulina Moreno García quien trabajó en Nacional Financiera, es licenciada en Economía por el CIDE y cuenta con una especialidad en Finanzas Públicas por el nada neoliberal Standard & Poor’s; mientras que la oficial mayor (Administración) será Trinidad Franco Arpero, quien venía de ser diputada local (de hecho su voto está registrado en la aprobación de la Ley que crea este cargo) y de contar como su labor más cercana en la administración pública a su actual encargo, el haber sido dirigente del magisterio estatal.
En la estructura de la gobernadora Delfina Gómez, por lo que respecta a su staff o las unidades técnicas que la habrán de acompañar en sus funciones, aún quedan dos vacíos. El primero en la Jefatura de Gabinete y proyectos especiales, cargo que le fue asignado al senador Higinio Martínez y quien hasta el día de ayer no había solicitado licencia en el Senado para asumirlo, y pues se entiende, dado que para él significa un salto hacia abajo (muy hacia abajo) en cuanto a nivel, funciones, responsabilidades y, claro, sueldo y prestaciones. Dirían por ahí: “no le sale”.
Además el ya mencionado cargo de la Vocería que sigue sin quedar claro quién lo ocupará pero que será el responsable de dictar las políticas institucionales en materia de comunicación y medios además de, como su nombre lo dice, convertirse de facto en la voz del gobierno, será la figura en quien se personalice la imagen gubernamental de esta administración, razón por la cual se especula que se está buscando una figura femenina, ello pese a que los nombres que hasta la fecha han sonado como posibilidades para encargarse del puesto son todos masculinos.
La confusión en el gobierno estatal se percibe y empieza a dar la impresión de que no había (quizás aún no la hay) una consciencia real, entre el equipo del gobierno entrante, del tamaño que representa la administración pública del Estado de México, las dimensiones de su alcance y sus limitaciones así como la relevancia de sus acciones que motivarían a no tomarse nada a la ligera y que supondrían mayor seriedad en las determinaciones.
Hasta hace unos días se observaba premura, si no es que ansiedad, por asumir los cargos que hoy parecen tomar por sorpresa a los titulares, quienes están descubriendo el nivel de responsabilidad que están asumiendo y, a la vez, desmitificando creencias y suposiciones de lo que pensaban en su imaginario partidista que representaba la administración pública de la entidad.
Aún quedan muchas preguntas en el aire: ¿Por qué no están representados todos los grupos morenistas de la entidad en los puestos del gabinete? ¿Quiénes influyeron en la designación de los secretarios? Lo cual es relevante porque nos ayuda a saber qué intereses puede haber detrás de esos nombramientos y lo más importante: ¿cuándo empezarán a dar los resultados prometidos que, según se dijo en múltiples ocasiones, se verían de inmediato en el gobierno estatal? Son dudas válidas que se irán resolviendo poco a poco, conforme pasen los días… esperemos, no muchos días