El Dante de esta historia no es el poeta y escritor Dante Alighieri, autor de la Divina Comedia, una de las obras maestras de la literatura mundial, activista político y defensor de la unidad italiana quien murió en el exilio, sino el veracruzano Dante Delgado Ranauro, convertido en el fiel de la balanza de la elección presidencial de 2024.
Lo que haga o deje de hacer con su partido Movimiento Ciudadano marcará diferencia, favorecerá a una de las alianzas y perjudicará a la otra o sería el único ganador.
No es novato en la política nacional. El 23 de diciembre cumplirá 73 años de edad. Historial salpicado de triunfos y fracasos, aciertos y desaciertos, de momentos felices como cuando fue gobernador interino de Veracruz o amargos al pisar la cárcel, acusado por desvío de recursos, aunque también existe la versión de que su encierro fue producto de las diferencias que tuvo con el presidente Ernesto Zedillo.
Impetuoso, sobrado y rudo opositor. Beneficiado y resentido del priísmo. En sus buenos tiempos con el tricolor, también fue procurador agrario, representante permanente ante la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y embajador de México en Italia, país donde seguramente conoció más del poeta y escritor Dante Alighieri.
Fundó el partido Convergencia en 1997 y en 2011 lo transformó en Movimiento Ciudadano.
Actual senador y líder de su partido.
En 2006 y 2012 se la jugó con Andrés Manuel López Obrador y perdió. En 2018 creyó que lo mejor era el PAN con Ricardo Anaya y también perdió.
Le gusta la poesía, no tanto como a Dante Alighieri. En la fachada de la sede nacional de su partido se puede leer la frase “la política es la prosa que la poesía necesita”. No es suya. Queda claro que ama la política, nada más que a su manera, con sus propias reglas e intereses.
Para el 2024 pareciera que deshoja la margarita y que no ha decidido con quien se la va a jugar.
A través de cartas abiertas, ha sido rudo en sus críticas contra el inquilino de Palacio Nacional. Ninguna ha recibido respuesta, al menos pública, ni por escrito ni en la conferencia mañanera.
La posición asumida en los pasados comicios de Coahuila y el Estado de México no dejó duda con quien está su corazón. El frente opositor no lo quiere aceptar y prefiere conservar la esperanza de que tarde o temprano va a sumarse.
No fue casual que se autoexcluyera de la competencia en Edomex, a pesar de que tenía al senador Juan Zepeda con reconocida presencia estatal. Tampoco que repita y repita que con el PRI ni a la esquina y mucho menos que sostenga que Movimiento Ciudadano participará solo en 2024.
No le quita el sueño tener opiniones encontradas con su compañero de partido y gobernador de Jalisco Enrique Alfaro.
Cacarea que Movimiento Ciudadano puede solo, no con aliados desacreditados, ganar la elección presidencial.
Más vale que no lo subestimen, porque si Luis Donaldo Colosio Riojas, quien ha aparecido en las encuestas en los primeros lugares sin gastar un solo peso en promoción, decide finalmente aceptar la candidatura naranja, podría dar el campanazo el próximo año.
El veracruzano Dante no es Alighieri, tampoco poeta ni escritor. Es un tipo curtido en la política nacional, que suspira por poner en su honda el apellido Colosio (en vez de piedra como lo hizo David) para tirárselo a Goliat (representado por las alianzas opositora y morenista) y derrotarlo.
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