Miguel Ángel Rocha Valencia
Ganso exhibe, enlista y persigue a políticos, jueces y periodistas, pero no a criminales
Aferrado a golpear a quienes representan la justicia, el ganso de Macuspana enlista, acusa de corruptos y cómplices de delincuentes a jueves y magistrados, persigue a periodistas, políticos, defensores de derechos humanos, padres de hijos con cáncer, buscadoras de desaparecidos, líderes sociales, mujeres agredidas, pero no ha dado una sola vez la lista de los cárteles criminales a cuyas cabezas exige que se les respete, se les den abrazos y se les consideren sus derechos humanos.
Anunció desde su pedestal palaciego que sacará la lista de los jueces y magistrados, los exhibirá con todo y sus “riquezas” para demostrar que son corruptos, pero no nos dijo cuándo hará el rol de los criminales que llevan casi 164 mil asesinatos, trafican drogas hacia Estados Unidos incluyendo fentanilo, o que han desaparecido a más de 45 mil personas durante este sexenio.
Tampoco nos dirá, seguramente porque no es auditable, todo lo que ganan esos delincuentes con la venta de esclavos sexuales especialmente niños y mujeres, drogas, armas, ni mucho menos hará un recuento de lo que esas organizaciones “lavan” de dinero en México y no pagan impuestos. En cambio, si exhibe y exprime a empresarios legales que intentan evadir el fisco.
Con los empresarios si se ensaña, los exprime y está bien que les cobren si son evasores o elusores, pero otra cosa es que desde el púlpito se les exhiba como corruptos. Y ¿los criminales que son?
Pero de ellos, de los asesinos, narcotraficantes, esclavistas, cobradores de piso, secuestradores y cobardes animales autores de barbaries y más de 350 masacres no se acuerda de las mañaneras y sí en cambio les agradece su “buen comportamiento” cuando operan arma en mano en favor de Morena incluso en actos tan ilegales como el robo de urnas y secuestros.
Saluda a los parientes, se conduele de las madres, les pone hasta cuatro secretarios para que la ayuden a ver s su niño que casualmente es cabeza del cártel más sanguinario del país. Libera y luego recaptura a uno de los vástagos, pero impide que se lo lleven extraditado para que sea juzgado en Estados Unidos.
Lleva siete meses “preso” pero en realidad nada se sabe de Ovidio Guzmán, “El Ratón” capturado el cinco de enero de este año en Jesús María, Sinaloa en un operativo sin aclarar donde hubo muertos, balazos y bombazos poco se conoce de la refriega. La orden de captura era con fines de extradición y “algo pasó” que todo se detuvo. ¿Sigue preso o goza de libertad o privilegios?
A cambio no escucha a las víctimas, faltos de medicamentos, llama politiquería cualquier reclamo social, solicitud de seguridad. No ve el sometimiento de poblaciones y actividades económicas como en Michoacán y desde luego no ordena detener el tráfico abierto de drogas a través de la costa del Pacífico gobernada toda por personeros de Morena.
Tampoco exhibe como lo hacen en el extranjero que el Cártel de Sinaloa junto con el de Jalisco se volvieron empresas trasnacionales con presencia en más de 40 países, que el brazo armado es capaz de asesinar a candidatos presidenciales que los denunciaron, que acusaron al mismo caudillo de proteger a los cárteles y con eso facilitar su exportación delincuencial.
Desdeña la información para lograr la captura de los criminales y no necesariamente de agencias internacionales sino del mismo Ejército Mexicano que sabe quiénes son, dónde están, que hacen e incluso pueden conocer si van a realizar tal o cual acción.
Con ello, los de verde olivo y los de blanco, se vuelven cómplices tal vez por omisión porque las órdenes de quien se ufana “también soy jefe máximo de las fuerzas armadas” es no actuar, deponer incluso armas cuando sin querer se cruzan en el camino de esos a quienes deben perseguir, detener y hasta exterminar.
Sería bueno que, del lado mexicano, más allá de que como dice la 4T “en Estados Unidos están peor”, se conociera la lista de quienes administran esas empresas criminales llamadas cárteles, saber, porque si lo conocen en el gobierno, de las ligan inconfesables de los delincuentotes que se nutren en terror, de la muerte y envenenamiento de miles y miles de mexicanos.
Saben en el gobierno quiénes son los que secuestran o levantan a jóvenes como los de Lagos de Moreno, los de Ayotzinapa incluyendo militares y en suma sin defender la corrupción que seguramente existe en el poder Judicial, el Ejecutivo en un acto de justicia, diera a conocer listas, datos que tiene acerca de esos que fuera de la ley son más respetados en Palacio Nacional que aquello que la defienden. Al menos eso sería lo justo, confrontar listas con listas. La diferencia es que con la de los asesinos y narcotraficantes, es el mismo machuchón tabasqueño quien debería actual a través de “su” fiscalía General de la República. Pero a ese nivel, no hay ni un solo caso pendiente.