Por Redacción México Político
El caso de la mina en Miacatlán, Morelos, después de los múltiples conflictos a que ha dado lugar entre los pobladores, la empresa minera y el gobierno desde 2006, ha obtenido finalmente el dictamen socioambiental oficial que llevó a cabo la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en la zona de influencia del proyecto conocido como La Esperanza, donde se destaca la necesidad de proteger el derecho vital al agua de la comunidad, así como la riqueza ambiental de la zona y a la cosmovisión de los pobladores.
El ya añejo conflicto ha ocasionado no poca violencia y, desde luego, desgaste socioambiental, por lo que a petición de los pobladores se levantó este estudio por la Semarnat conjuntamente con los Institutos Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) y el Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable (Cecadesu), cuyo objetivo es conocer posibles afectaciones por la actividad de la minera canadiense, Alamos Gold Inc.
Por principio, se garantizó a los pobladores la capacidad de tomar decisiones que permitan blindar su territorio ante posibles intentos de la industria minera de establecerse en sus espacios y la Semarnat dará acompañamiento en la difusión y socialización del dictamen, así como en la parte legal -aunque siempre con la participación de los pobladores- en defensa de su territorio, que abarca unas 15 mil hectáreas y que se extiende a los municipios de Miacatlán, Temixco y Xochitepec, en el estado de Morelos.
Se encontró que para la producción de oro y plata que la empresa contempla a futuro (unos 1.5 millones de onzas de oro y 16 millones de onzas de plata, según información de la propia empresa), sería necesario utilizar toda el agua restante de los acuíferos, lo que impacta de forma directa el derecho humano al agua de las comunidades de la zona, lo que la autoridad no está dispuesta a permitir.
Los organismos del sector ambiental que intervinieron se enfocaron en cinco vertientes: agua, flora y fauna, socioambiental, aire suelo, y cambio de uso de suelo, y se encontró que el estado actual del agua, así como de la flora y la fauna es muy bueno, de ahí la importancia de protegerlos; mientras que la tierra presenta concentraciones de arsénico y cobre, asociados a la composición natural del suelo. Solo el aire registra emisiones de partículas PM2.5 por la quema de pastizales, residuos y quemas agrícolas como la zafra azucarera.
El trabajo subraya que el desarrollo de la actividad minera afectaría estos recursos además de alterar la construcción histórica de la cosmovisión de los pueblos, basada en su relación con el ambiente, lo que repercutiría negativamente en los medios de subsistencia de la población. De ahí la necesidad de continuar con los procesos de educación ambiental.
De acuerdo con el comunicado oficial, la Semarnat continuará trabajando en este asunto con la finalidad de ayudar a salvaguardar los recursos naturales de la comunidad.