Redacción México Político
El grave daño que se ha ocasionado al ecosistema de la península de Yucatán por las obras del Tren Maya, donde se han asesinado múltiples especies animales y de biota, han levantado la voz de diferentes colectivos ambientalistas que han buscado detener las obras.
Sin embargo, en este momento, el impacto puede llegar a ocasionar tal daño al suelo, que sería irreparable, según Aarón Siller, director de la oficina sureste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), quien asegura que el terreno de la zona sureste es cárstico, es decir, moldeado por la misma acción erosiva del agua, y muy poroso, lo que exige una serie de estudios específicos en donde se desarrolla el tren.
Entrevistado por Gabriela Lara en el medio Obras Expansión, explica que el suelo cuenta con innumerables conductos que se interconectan entre sí, con ríos subterráneos y cuevas, muchas de ellas –es sabido- incluso inexploradas, por lo que debido a la característica de suelo con zonas erosionadas y su alto desarrollo cálcico, es muy frágil y por sí mismo colapsa.
Siller señala a Obras Expansión que los yerros sobre esta obra, como que en principio se utilizaron estudios originalmente aplicados en el estado de Kentucky, Estados Unidos, donde las características del suelo son totalmente diferentes a la Península de Yucatán, debido a la urgencia por empezar la obra. Agrega que existe un precedente en China, donde se construyó un tren en zonas kársticas, con la salvedad de que los conductos no son tan grandes y tampoco el suelo tan poroso como en Quintana Roo, “y aun así, tardaron diez años en hacer los estudios para crear el tren”.
Para lograrlo se debieron generar nuevas tecnologías y patentes para que el transporte pudiera funcionar con el menor riesgo posible y con el menor impacto ambiental, dice el entrevistado, al tiempo de reflexionar en que la obra del Tren Maya, además de provocar el colapso de cavernas y cuevas, puede ocasionar desequilibrios graves ecológicos. Por ejemplo, dice, si se llega a colapsar por cualquier razón un vagón cargado de diésel o gasolina, se va a infiltrar en el acuífero y se pondrá en riesgo el abasto de agua potable de grandes regiones en un lapso muy breve.
Por otro lado, si llega a colapsar una cueva de un cenote o de alguna estructura cárstica, se puede ocasionar daños civiles. Hay que tomar en consideración que alrededor de todo el proyecto se encuentra no sólo una vasta biodiversidad, sino que también habría graves afectaciones al patrimonio histórico y cultural por derrumbes de estructuras antiquísimas que se encuentran en el epicentro de esta obra.