Luis Sunderland Méndez @LouSunderland
Una vez pasando el ya muy cercano proceso electoral de este 2023 -en el que muchos tenemos cifradas nuestras esperanzas del triunfo de la alianza Va Por México en los comicios estatales en Coahuila y en el Edomex- iniciará con todo la lucha por no solo la sucesión presidencial, sino por gubernaturas, alcaldías, congresos estatales y el Congreso de la Unión.
En los últimos días hemos visto que López Obrador sigue en pie de guerra contra todos los que se oponen a su particular forma de gobernar, insultando y denostando -lo mismo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a políticos opositores y a periodistas- que con toda valentía difunden la enorme cantidad de desvaríos y de corrupción en la que se vive. El presidente ha acercado peligrosamente al país en los cuatro años y medio que tiene gobernando, al borde de un colapso económico y ahora pretende curarse en salud al decir que para el 2025 (o sea al año siguiente de entregar el poder), el país enfrentará una severa crisis económica debido a presiones extranjeras.
Pero los especialistas económicos mencionan que el cálculo es erróneo, pues será a fines del 2023, cuando se enfrente un déficit de 1.5 billones de pesos. La explicación es sencilla, los ingresos del gobierno ascenderán a siete billones y el gasto total será de 8.5 billones. Así que cuando lleguemos al 2024, no habrá forma de esconder esto a los ojos de nadie.
Él lo sabe y a toda costa trata de ocultarlo a la población para que no nos demos cuenta antes de las elecciones y nos asustemos.
Y recalco, sin temor a equivocarme: Siempre se declara víctima de conspiraciones internas y externas con las que solo pretende esconder el hecho de que nos quedaremos sin recursos económicos -dinero- suficientes.
López Obrador se empeña en desalentar a la gente que acuda a votar y para eso tiene bien instrumentada una estrategia, y su fracaso está en nuestras manos.
Todos los días manda el mensaje -con el que además, viola la ley y no le importa- de “ya ni vayan a votar, porque ya perdieron, así que no tiene caso que acudan a las casillas”. Por eso está tratando de dividir a los partidos que conforman el bloque opositor y debilitarlos junto a la sociedad en general que se han aglutinado en diferentes organizaciones ciudadanas. Ellas junto con los partidos políticos, están trabajando en definir no solo las bases de una nueva manera de gobernar a México a través de un gobierno de coalición, y de la manera en que se seleccionará al candidato que represente a toda la oposición en las elecciones.
La designación de la Consejera Presidente del INE resultó un hecho que nos trae preocupación, ya que a pesar de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), dictamine la suspensión definitiva del Plan B, no sabemos cómo transitarán las resoluciones del órgano electoral.
La confrontación del Poder Ejecutivo con el Judicial se pondrá mucho peor cuando llegue la hora de que la Corte dictamine sobre las impugnaciones por los cambios que se aprobaron de una manera tan desaseada en la sede de Xicoténcatl a fines del mes anterior y que están a punto de presentarse sobre los procedimientos de los senadores oficialistas.
Lo único que podemos hacer para enfrentar esta serie de actos que nos ponen en peligro como país democrático, es participar activamente. Toda la sociedad que no es simpatizante de MORENA, no solo tiene que salir a votar, y además hacer labor de convencimiento con familiares, amigos, compañeros de trabajo, y vecinos para decirles que en el 2024, seremos unos 97 millones de mexicanos los que conformaremos el padrón electoral y que López solo tiene unos 20 millones de incondicionales. De los otros más de 70 millones, necesitamos al menos que 35 millones ese día vayan a votar. Pero además no es suficiente con eso, tenemos que vencer la apatía y la desinformación y vencer al abstencionismo logrando que seamos 50 millones los que votemos por un gobierno distinto para México.
