noviembre 21, 2024

Migajas del poder

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Los motivos presidenciales de la fiesta en el Zócalo capitalino

Por Luis Sunderland Méndez

@LouSunderland                                                                    

                                                                                                17 de marzo del 2023

Hace 85 años el Presidente de México Lázaro Cárdenas, expidió el Decreto de la Expropiación Petrolera, el cual consistió en la aprobación legal del petróleo, que era explotado por 17 compañías extranjeras que controlaban la industria y la convirtió en propiedad de los mexicanos.

Cada año, los Presidentes de la República encabezan un acto en honor de ese suceso, que por mucho tiempo, benefició al país. Pero como todo, esta situación ha cambiado por completo debido a la imparable tendencia que hay de que los principales consumidores del petróleo, los vehículos terrestres e incluso aéreos y los marítimos, dejen de usar el hidrocarburo contaminante y cambien a las energías limpias como la eléctrica, eólica, hidráulica y solar, entre otras, que ya se tienen en experimentación.

Este año, López Obrador se apropiará de la conmemoración y la convertirá en un festejo en el que recordará a sus bien amados los logros que él nos anuncia cada mañana, pero ahora lo hará en nuestra Plaza de la Constitución y aprovechará para dejar bien claro, entre otras cosas, que los ataques de los congresistas estadounidenses son infundados, ya que México es un país más seguro que el propio Estados Unidos de Norteamérica.

Lo que no toma en cuenta el mandatario mexicano, es que cada día hay un mayor número de gente que lo rechaza por sus desatinos y dislates, sus presuntas corrupciones y acciones inconstitucionales, y que ya viven en carne propia los efectos de su pésima gestión al frente del Poder Ejecutivo y esto no es solo en México, sino en Estados Unidos.

Esta concentración oficial es solo para demostrarle a mexicanos que él tiene un mayor número de seguidores que los que estuvimos juntos en los diferentes plantones del pasado día 26 de febrero, y la verdad es que puede que tenga razón, porque no sería nada de extrañar que logre sumar una cantidad superior de asistencia, ya que independientemente de su base de seguidores, están los que a fuerza tienen que ir: empleados federales, estatales y municipales, elementos de las fuerzas armadas vestidos de paisanos que estarían amenazados de quedarse sin empleo o de alguna sanción si no van, además de los miles de mexicanos que reciben apoyo económico y que de igual forma viven con el miedo de dejar de recibirlo si no se presentan al festejo.

Para millones de mexicanos que estamos convencidos del daño tan terrible que ha ocasionado al país esta administración, esta llamada “conmemoración” la definimos con algunos antónimos como la concentración del repudio, abandono, negligencia, error, desatención, indiferencia, omisión, postergación, imprevisión y desamparo.

Estamos aún bajo la amenaza de López Obrador, porque él, si se va, será hasta el 31 de octubre del próximo año, y eso nos coloca en una situación muy grave, pues se podría poner todavía peor. Todas las promesas y ofrecimientos que él hizo durante su campaña que lo llevó al poder, tienen resultados adversos, vivimos en un México con un mayor número de pobres, con un sistema de salud completamente colapsado, sin medicamentos, con doctores desempleados, con una gran cantidad de personal que labora en hospitales y clínicas en condiciones deleznables, con médicos cubanos de dudosa capacidad y contratados en forma subrepticia e ilegal, tanto por la falta de acreditación de sus capacidades médicas, como por la manera en que se les trata laboralmente, ya que reciben solo seis por ciento de lo que se le paga al gobierno cubano.  A nuestros militares los aleccionan, por no decir que adoctrinan, militares venezolanos.

Nos hemos acostumbrado a vivir en medio de una violencia extrema. Somos el país más peligroso del mundo. El hecho de que todos los días asesinen a más de diez mujeres en la República, es tan monstruoso, como el que no salgamos a gritar de horror y exigir la renuncia de López, sus gobernadores y séquito que lo acompañan. Pero también está la pésima política de educación y la militarización, que es toda una amenaza para la sociedad.

Así vivimos y ni por eso se logra que millones de mexicanos tomen conciencia de que si no logramos reconstruir el camino del crecimiento en el 2023, ganando las elecciones de Edomex y Coahuila, y en el 2024 las federales, absolutamente todo estará perdido y no habrá vuelta para atrás, por lo menos para las próximas dos o tres generaciones.

Tenemos que unirnos y hacer activismo social y político entre nuestros círculos de familia y amigos; hacer conciencia y luchar por unificar criterios, exigiendo a los partidos políticos que por ahora sus ambiciones partidistas se deben dejar a un lado y ver por la reconstrucción del país. Convirtámonos en militantes de nuestro México y no lo abandonemos dejándolo en manos de este movimiento de destrucción. Unámonos.

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