Una cosa es segura, no sabemos qué sucederá

Luis Sunderland Méndez

Vivimos en medio de una tormenta de cuestionamientos sin respuestas que nos aclaren las dudas y nos alivien las incertidumbres en materia política, económica y social. La constante es que nadie sabe en qué va a acabar esto si nos fijamos como límite las elecciones de los estados de Coahuila y Edomex y más adelante en el 24 las más grande de todas, donde se renueva el Gobierno Federal tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo, este último, no menos importante, porque representa el equilibrio de poder, del que hoy adolecemos.

Todos los días los medios y las redes sociales nos informan sobre la actuación de los diferentes actores de los distintos partidos. Como antagonizan unos contra otros empujando al electorado al desánimo y que piense que no tiene caso ir a las urnas, porque todos los políticos son iguales. Craso error de los políticos y de la sociedad, ese es el camino más directo para que esta pesadilla de gobierno que nos preside, se quede por lo menos un par de sexenios más.

Esta semana vimos un patético pleito entre el senador Monreal y la gobernadora Sansores, Vimos como Alejandro Rojas Díaz Durán, asesor de Monreal defendió al senador como si fuera miembro de un partido de oposición, que confusión. Vimos la comparecencia ante los legisladores de Elena Álvarez Buylla Roces de CONACYT defendiendo lo indefendible y las respuestas de los senadores Xóchitl Gálvez y Carlos Marín echándole en cara su pésima actuación.

Que pensar del subsecretario Alejandro Encinas Rodríguez, decir que lo que dijo hace unos días sobre su investigación de Ayotzinapa, no era del todo cierto y al presidente darle la razón y defenderlo. Y qué decir de su jefe el secretario de gobernación, en papel de buscapleitos con todos, tratando de aparecer todos los días en la prensa para darse a conocer.

Los precandidatos de todos los partidos no están conectando con la población y esto es por algo muy sencillo. Los votantes del 2024 que actualmente tienen entre 18 y 24 años de edad son cerca de 15 millones y ahí no figuran los que actualmente están entre los 16 y 17 años que, en esas elecciones, irán a tramitar su credencial del INE, si es que Morena lo permite e irán a votar.

No creo que esos jóvenes encuentren atractivos a Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Ricardo Monreal o a Beatriz Paredes, si acaso a Enrique de la Madrid, si logra refrescar su imagen y su manera de expresarse o a Claudia Ruiz Massieu o Mauricio Vila que tiene una imagen más fresca, porque a Luis Donaldo Colosio que es el más joven, lo sigo viendo muy verde para presidente.

Después de todo, la sociedad mexicana no está tan dividida, se percibe claramente en el ambiente un rechazo muy importante en las clases medias y altas sobre la imparable inseguridad, las políticas energéticas, la actuación de las autoridades encargadas de la salud, con su irresponsabilidad en el abastecimiento de los diferentes medicamentos de todo tipo y su manejo de la pandemia, de la violencia contra las mujeres que, en lo personal, lo considero nuestro peor cáncer social.

La mayoría rechaza la actuación de nuestras autoridades y la complacencia de los diputados y senadores de la alianza gobernante. Más ahora que el PRI está dando bandazos que amenazan la viabilidad de nuestros órganos electorales INE y TRIFE que por cierto ocupan el mejor lugar en la confianza de la mayoría de la ciudadanía. Porque del tortuguismo de la SCJN, mejor ni hablamos.