Por: Redacción
Las enfermedades cerebrales son un problema de salud que ha sido subestimado y sus efectos como la espasticidad (rigidez muscular), se han pasado por alto; la espasticidad afecta a 12 millones de personas en todo el mundo, y es una de las afecciones más comunes e incapacitantes en adultos, aseguró el neurocirujano, Salvador Manrique Guzmán, integrante del grupo de concientización sobre la Enfermedad Vascular Cerebral (EVC), en conferencia de prensa.
Los desafíos de la enfermedad para el paciente, familiares y cuidadores son la razón de unirse para detonar un diálogo entre los médicos, pacientes y público en general en torno a la espasticidad derivada de un EVC para abrir mayores oportunidades de atención oportuna e integral.
A propósito del Día Mundial sobre la EVC, a conmemorarse el próximo 29 de octubre, un grupo de médicos especialistas en neurología, neurocirugía y medicina en rehabilitación se unieron para conformar el grupo de concientización de espasticidad (rigidez muscular) y EVC, a fin de promover la importancia de conocer las primeras señales del EVC y la espasticidad derivada.
Teniendo como paraguas la campaña “El evento que cambió mi vida. Mi vida con espasticidad”, también participó Javier Gómez Hernández, especialista en Medicina Física y Rehabilitación, quien señaló que “queremos que se comprenda que la espasticidad es una de las secuelas que más afectan la vida independiente de los sobrevivientes a un EVC”.
La EVC es un problema importante de salud pública. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es considerada la segunda causa global de muerte en el mundo siendo los países de ingresos medios y bajos los más afectados y destaca como el motivo más común de incapacidad en adultos y es la sexta causa de muerte en nuestro país, de acuerdo con el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” de la Secretaría de Salud.
Una de cada tres personas, después de un UVC -detalló Manrique Guzmán-, presenta algún grado de discapacidad, debido a que el cerebro es el responsable de generar los movimientos, sensaciones y acciones que realiza el cuerpo. En 2015, poco más de 21 mil casos se registraron en nuestro país, y hubo más de 5 mil decesos, mientras que la mayoría de los sobrevivientes, cursan con secuelas de moderadas a severas.
Para Gómez Hernández, también miembro de la Sociedad Mexicana de Medicina Física y Rehabilitación, “la espasticidad puede tener una repercusión devastadora en la calidad de vida de un paciente y conducir al deterioro en el movimiento, baja autoestima e inadecuada imagen corporal, dificultad para mantener la higiene, el cuidado personal y, en muchos casos graves, la discapacidad y la desfiguración”.
Es por ello que este colectivo busca sentar precedentes en que la información llegue a la mayor cantidad posible de personas, y que las recomendaciones para evitar en gran medida un EVC, es mantener el cerebro saludable, lo cual es posible al cuidar la alimentación, controlar enfermedades como la hipertensión arterial, colesterol alto, diabetes, hacer ejercicio, mantener una actividad intelectual regular y cuidar las horas de sueño.