La psilocibina ha sido estigmatizada y reducida a narcótico o alucinógeno sin consideración alguna de sus usos ancestrales y de los beneficios para la salud.
“Un sistema prohibitivo obstaculiza la innovación, como en el caso de la psilocibina, una sustancia prohibida que está presente en los hongos pislocibes, que forman parte de nuestra riqueza natural, de nuestro patrimonio cultural y de la medicina ancestral de las comunidades indígenas de nuestro país”, declaró la senadora Alejandra Lagunes del Partido Verde en el primer conversatorio “Psilocibina: innovación para la salud mental”.
Y es que diversos estudios han constatado el potencial terapéutico de los hongos psilocíbicos y de la psilocibina, pues su administración es útil para tratar enfermedades como la depresión, adicciones, cefalea en racimos, entre otros padecimientos mentales y emocionales.
Agregó que tanto los hongos como la psilocibina se encuentran catalogados como “sustancias que causan un grave daño para la salud pública”, lo que a su vez impide que pueda hacerse investigación científica, que pueda honrarse el uso ancestral y que se pueda tener nuevas soluciones para la salud mental y emocional en nuestro país.
Señaló que para que México integre la psilocibina como tratamiento potencial es necesario remover los obstáculos legales que impiden una investigación respetuosa de los saberes ancestrales, y que, a la vez, puedan desarrollarse con sostenibilidad aquellos pueblos y comunidades que han preservado estos conocimientos milenariamente.
A decir de uno de los ponentes, el Psiquiatra por la Universidad Johns Hopkins, el Doctor Sndeep Nayak, investigaciones han concluido la falta relativa de toxicidad y nulo potencial de abuso del uso de la psilocibina. No se encontraron efectos secundarios clínicamente significativos en contextos de apoyo psicológico por expertos entrenados.
“Lo que se busca es un modelo de regulación actualizado. Se sugiere la reclasificación de la psilocibina para que salga del grupo de sustancias psicoactivas que se encuentran catalogadas como “sustancias que causan un grave daño para la salud pública”, pues esto impide su investigación científica.”, compartió Armando Loizaga, presidente del Instituto de Medicina Intercultural Nierika.
En su momento, la maestra Sonia Weiss, co-fundadora y directora del WPSS, un fondo de capital de riesgo enfocado en encontrar soluciones de alto impacto para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades mentales, compartió que en enero de 2021, el estado de Oregón pasó la medida 109, ley que aprueba el uso médico de los hongos psilocíbicos. Esta medida busca que el público tenga acceso a soluciones seguras y efectivas para tratar enfermedades de salud mental, y así reducir el costo que estos padecimientos le generan al sistema de salud.
Por lo que Lagunes Soto enfatizó que “México debe necesariamente abrir las puertas hacia la innovación médica y científica que permita también reivindicar este patrimonio biocultural, pues la sustancia psilocibina, ha sido estigmatizada y reducida a narcótico o alucinógeno sin consideración alguna de sus usos ancestrales y de sus beneficios para la salud”
Cabe destacar que en el conservatorio también participaron Alejandrina Pedro Castañeda, médica tradicional mazateca, escritora y poeta; Laura Guzmán, Bióloga; Anja Loizaga Velder, Directora de Investigación y Servicios Clínicos Instituto de Medicina Intercultural Nierika; Jorge Luis Valente Flores Hernández, Doctor en Ciencias Fisiológicas Universidad Autónoma de Puebla, Evelyn Ruiz Luna, Maestra especialista en farmacología de enteógenos; Jesús González Mariscal, Psicólogo de la Universidad Autónoma de Puebla/CONACYT y Natalia Rebollo, Maestra, Coordinadora Ayahuasca Defense Fund.