México debe abrir las puertas a la innovación científica en temas de salud mental y reivindicar sustancias ancestrales para tratar enfermedades y padecimientos relacionados con la depresión, ansiedad y estrés, señaló la senadora Alejandra Lagunes Soto Ruíz en el conversatorio “Psilocibina: innovación para la salud mental”.
La senadora del PVEM mencionó que sustancias como la psilocibina han sido estigmatizadas y reducidas a narcóticos, alucinógenos o drogas, sin ninguna consideración en los usos ancestrales y en los beneficios ya probados que tienen en la salud.
Se trata de un primer paso para poner el tema sobre la mesa para muchas personas que buscan una alternativa real a padecimientos como salud mental y físicos. Necesitamos datos e investigación, asentó la legisladora.
Jesús González Mariscal, psicólogo por la Universidad Complutense de Madrid, maestro en antropología por la Universidad de las Américas Puebla e investigador de la medicina tradicional indígena americana y sus aplicaciones en psicoterapia, consideró necesario el uso de la psilocibina para la investigación, así como reconocer la sabiduría de los pueblos indígenas de México.
Nuestro país, dijo, puede convertirse en el pionero en el diseño de modelos de intervención terapéutica intercultural integrando a especialistas de la salud del mundo indígena junto a médicos, psiquiatras, psicólogos y a los científicos, farmacólogos, además de saldar una deuda histórica con los pueblos que han sido maltratados a lo largo de los siglos.
“Los hongos son tan solo una parte de estos saberes que no se reducen a las propiedades de una molécula o de un fármaco sino a la profunda sabiduría de las culturas originarias”, afirmó.
En el conversatorio participaron expertos como Anja Lozaiga-Velder, profesora invitada de varios programas de formación profesional para terapeutas psicodélicos de Insitute of Integradal Studies de California, quien señaló que por sí sola la psilocibina no tiene ningún valor terapéutico.
Por sí lo es con el uso ceremonial del hongo psilocybe y el conocimiento de un facilitador que acompaña el proceso o en modelos adaptados modernos donde hay expertos entrenados que preparan y acompañan a la persona en la experiencia.
Dentro de ese contexto, dijo, la aplicación es muy segura y ha mostrado tener efectos terapéuticos en salud mental.
Por su parte, Sandeep Najak, psiquiatra del Centro de Investigación Psicodélica y de la Consciencia de la Universidad Johns Hopkins, mencionó: hasta donde sabemos no ha habido casos de psicosis o manía por la administración experimental de psicodélicos a participantes, incluso, en entornos no supervisados, los acontecimientos adversos son biológicamente raros.
Refirió que en la encuesta mundial sobre drogas menos de uno por ciento de consumidores de hongos y psilocibina declararon haber buscado alguna vez un tratamiento médico de urgencia, en comparación con uno de cada 33 para el alcohol y uno de cada siete para la heroína.