Investigadores del Instituto de Energías Renovables (IER) de la UNAM desarrollaron un videojuego con el que enseñan a alumnos de nivel licenciatura a fabricar celdas solares y medir su eficiencia al generar electricidad.
Se trata de Save Perovskite en el cual los estudiantes, si bien no enfrentan a fantasmas ni luchan contra fuerzas oscuras, sí se encuentran en un laboratorio al cual se le acaban los fondos económicos para realizar investigación y existe el riesgo de que sea clausurado, por ello deben hacer su mejor esfuerzo para obtener resultados y rescatar la inversión, explicó Asiel Neftalí Corpus Mendoza, integrante del IER.
“No hay enemigos. Es un proceso de simulación en el cual el jugador compite contra sí mismo. Se le enseñan los pasos para hacer una celda y va investigando libremente las diferentes variables que hay para mejorarla, a fin de obtener una eficiencia cada vez más alta. Hay mensajes motivadores y conforme van superando retos, se les brindan más conocimientos para mejorar las celdas”, expuso.
Además, añadió el experto, el juego de video se inserta en un modelo educativo que cada vez se apoya más en nuevas tecnologías y formas de aprender, que buscan dejar de lado lo clásico como el método de las clases es un salón, donde el maestro sólo deja tareas.
Y subrayó: “Ahora tenemos muchas fuentes de información en internet, videos, YouTube que a pesar de que muchos lo ven como una diversión, también es una herramienta educativa. Durante la pandemia no se pudo asistir a los salones por casi dos años y ha sido necesario buscar nuevas formas de aprender. Creemos que no está peleada la diversión con aprender y el videojuego es un pequeño ejemplo”.
Perovskita híbrida
El nombre del juego proviene de una de las tecnologías fotovoltaicas investigadas en el IER: la Perovskita híbrida. Se trata de una familia de materiales con aplicaciones fotovoltaicas prometedoras y a partir de la cual se realizan celdas solares desde 2008.
El investigador detalló que el jugador debe tomar decisiones y cada una afecta en el corto y largo plazos. Por ejemplo, elegir los reactivos con los que fabricarán sus celdas, los instrumentos y máquinas de fabricación, los parámetros de depósito y horneado, entre otros, para finalmente evaluar la eficiencia de la celda.
Esta evaluación se realiza a partir de datos reales de celdas fabricadas en laboratorios del IER, principalmente por alumnos de posgrado. “Hemos llevado un registro de todas ellas y a partir de las cuales se hizo una estadística de las variables que influyen en la fabricación”, apuntó.
Corpus Mendoza destacó que es una herramienta útil, principalmente para instituciones que no cuentan con esos espacios para hacer este tipo de dispositivos, pues no es barata la investigación sobre celdas solares y es menos factible que grandes grupos de alumnos pueden acceder a reactivos para fabricarlas. “Es una forma de acercarles la experiencia del laboratorio”.
La iniciativa del videojuego ha obtenido recursos tanto del Programa de Apoyo a Proyectos para Innovar y Mejorar la Educación (PAPIME) como del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) de la UNAM, a los cuales el académico y sus colegas se inscribieron antes del inicio de la emergencia sanitaria por la COVID-19.
El interés por enseñar la fabricación de celdas solares inició luego de que impartieran cursos que aumentaron desde seis hasta 40 horas de instrucción y aun así, había personas que por las fechas y la distancia del IER no podía acudir; entonces se planteó desarrollar el juego, a fin de poder llegar a más gente.
Actualmente se tiene un prototipo del juego dirigido a alumnos de licenciatura que requieren conocimientos de Física, Matemáticas, Química, Ingeniería Eléctrica y Electrónica, entre otros.
Impulsar las energías renovables
El experto universitario afirmó que es importante participar en este tema. Si bien se habla de ellas por su relación con el cambio climático y la posibilidad de que se acabe el petróleo, también se deben considerar escenarios como el incremento en la demanda de energías, relacionadas con el desarrollo de nuevas tecnologías.
“Tenemos que buscar una forma de asegurar que esa energía pueda seguir estando disponible, independientemente de los recursos que haya”, acotó.
Asimismo, agregó que México tiene potencial para generar este tipo energía gracias a las cantidades de Sol que recibe: incluso hay países con menor acceso al astro solar, pero son líderes en la energía fotovoltaica como Alemania y el Reino Unido, que implementaron mayores cantidades de paneles solares.
“Hace falta apostar por nuevas ideas, no buscar lo que es más barato a corto plazo, sino tener una mejor inversión a futuro. Los precios de la energía solar son muy competitivos. Hoy en día se ha vuelto mucho más barata”, expuso.