En China, las empresas estatales, que son las principales receptoras del crédito, en promedio son poco eficientes, pues generan 22 por ciento del producto interno bruto (PIB) y absorben 55 por ciento de la deuda corporativa total, señaló el economista e internacionalista Eugenio Anguiano Roch, exembajador de México en ese país y académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
“El Estado chino moviliza suficientes recursos para contrarrestar la crisis actual (y las pasadas) y sostener el crecimiento económico. Además, cinco administradoras estatales de fondos rescatan regularmente a los bancos”, aseguró en la conferencia inaugural del XXII Seminario “Crédito público y privado: experiencias nacionales y globales en la crisis actual”.
En el evento a distancia, organizado por el Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) y el Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África (PUEAA), ambos de la UNAM, el exdiplomático ofreció la conferencia “China: caso excepcional de movilización de recursos financieros para el crecimiento”.
En su exposición, presentada por Alicia Girón González, coordinadora del PUEAA, Anguiano Roch explicó que la apertura financiera de la nación asiática comenzó en 1980 con el ingreso de la República Popular al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial.
“Junto al establecimiento de cinco zonas económicas y 12 puertos de desarrollo económico y tecnológico, fue constituyéndose un sistema de intermediación financiera moderno”, acotó Eugenio Anguiano.
En las décadas de 1980 y 1990 se crearon instituciones bancarias comerciales, y se instituyó formalmente el Banco Popular de China como central. “El objetivo primero fue captar la liquidez necesaria para un crecimiento económico rápido y sostenido, y tener los mecanismos de intervención modernos para fondear a las empresas estatales, mixtas y privadas”, comentó.
Anguiano Roch señaló que el PIB chino en dólares de Estados Unidos, a precios de 2010, creció a una tasa media anual de 10.8 por ciento de 1982 a 2020. En esos 38 años creció más de 29 veces, colocando al país como la segunda economía más grande del mundo (detrás de EUA) a precios actuales.
El también llamado gigante asiático enfrentó el choque externo de la crisis financiera que surgió en 2007 y afectó a otras economías avanzadas, aunque en su caso fue con menos intensidad con respecto a otros países. “El impacto se sintió al terminar las fiestas del año nuevo lunar de 2009, cuando alrededor de 20 millones de personas no pudieron regresar a sus trabajos”, recordó.
Entonces, el gobierno implementó un paquete de reestructuración económica equivalente a 526 mil millones de dólares de Estados Unidos, semejante a 87 por ciento de los ingresos fiscales de 2007, o 13 por ciento del PIB de ese año. “No todo fue gasto público del gobierno central; hubo medidas crediticias y operaciones de estímulo de gobiernos provinciales”, detalló.
Se apoyó a transportes, vivienda pública, infraestructura, salud y educación. “El PIB bajó 4.8 puntos porcentuales entre 2007 y 2009; en 2010 se recuperó, pero 3.6 puntos porcentuales debajo de 2007. Este nivel de incremento no ha vuelto a registrarse”. A partir de 2011 comenzó en la nación oriental una lenta, pero firme desaceleración del crecimiento, puntualizó.
Destacó que en 2019 el crecimiento fue de 6.1 por ciento y en 2020 el PIB lo hizo solo 2.3 por ciento (3.8 puntos porcentuales menos que un año antes).
El exembajador dijo que a partir de mediados de los años 80 del siglo pasado, el capital chino público y privado se invirtió en activos y compañías en países avanzados; luego en naciones en desarrollo y mercados emergentes. En los primeros para asegurar bienes manufacturados intermedios (Europa); coinversiones en empresas de alta tecnología (Estados Unidos); e industrias de extracción minera (Australia y Canadá).
En Asia, África y América Latina han invertido para asegurar fuentes de materias primas y alimentos; mientras que en Asia central, Siberia, parte del sudeste asiático y Asia meridional realizan inversiones en infraestructura y logística; carreteras; vías férreas; ductos de hidrocarburos; líneas de electricidad e instalaciones portuarias. De esta manera, en la actualidad China tiene incursión financiera en prácticamente todo el mundo, finalizó Anguiano Roch.